Es natural que los hijos de las familias acostumbradas al trabajo lo primero que le enseñan a sus propios hijos es a desarrollarse en distintas actividades, a no depender del otro.
A trabajar cooperativamente con otras personas, aprender de los errores y a proyectar sus propios sueños.
En cambio hay otras familias que no están tan relacionadas culturalmente con las actividades que les puede permitir un desarrollo económico y social y son estas familias las que se tornan dependientes del pescado* que les ofrece muchas veces el estado.
Generalmente de parte de gobiernos progresistas, que tratando de ser inclusivos han sostenido muchos años a familias que dependían económicamente de un plan o de un apoyo económico estatal.
Aunque han tenido planes estratégicos para insertarlos en el trabajo difícilmente el cronograma dio buenos resultados, a veces por la (Avivada empresarial que contrataba temporalmente estos trabajadores que recibian subsidios del estado y luego los expulsaba del mercado laboral, cuando ellos tendrían que blanquearlos y contratarlos) y otras veces por la propia ineficacia del trabajador poco acostumbrado al esfuerzo y a la superación.
Desde nuestro taller de letra aconsejamos a las personas a trabajar con sus fortalezas interiores y a creer en su propia capacidades para superarse.
No hay nada más hermoso y gratificante que ser exitosos en nuestros emprendimientos laborales.